- Charló con el público de Tijuana Innovadora 2014, Deborah Szekely, fundadora del Rancho La Puerta, donde miles de extranjeros toman tratamientos alternativos de salud en un entorno paradisíaco.
TIJUANA B.C.-Muy cerca de la frontera con Estados Unidos está el Rancho La Puerta, centro de salud de fama mundial que fundara el matrimonio conformado por la norteamericana Deborah Szekely y el húngaro Edmund Bordeux Szekely.
Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte”, presentó en su penúltimo día de actividades a Deborah Szekely, escritora, activista y filántropa, quien platicó con el público sobre la historia de su centro.
“Rancho La Puerta es famoso mundialmente y está reconocido como el mejor lugar de salud y recreativo”, corroboró Deborah al recordar que junto con su marido llegaron en los cuarentas prácticamente a acampar a un paraje al oeste de esta región bajo el cerro del Cuchumá, espacio que convertirían en un oasis que ofrece tratamientos alternativos y naturales para la salud y belleza.
La exposición de Deborah, de 92 años, fue un viaje al pasado y la nostalgia. Narró cómo arrancaron el proyecto rentando a 17.50 dólares a la semana los días en que el río tenía 6 pies de profundidad y se podía nadar. La etapa en que elaboraban queso, miel, sembraban muchas uvas, daban cátedra a los nativos, hacían ejercicios, criaban chivos, elaboraban galletas con pura energía solar: “Éramos como los hippies de los sesentas pero veinte años antes”.
Junto con las anécdotas de los primeros años en el rancho, Deborah compartió la vida que se llevaba en la región en aquella época sin hostigamiento migratorio: “Los vecinos eran realmente vecinos, la frontera no tenía sentido. Íbamos y veníamos con nuestro burro ‘Maximiliano’, que era muy famoso”.
Compartió también un dato inédito. Por aquellos años el entonces Presidente de México, Miguel Alemán Velasco, tenía una casa de verano en El Florido (hoy populosa colonia de la periferia de Tijuana), al que abordaron para regularizar la estancia migratoria de su esposo húngaro: “Porque éramos extranjeros indocumentados viviendo en México”. A las 6 semanas Edmund Bordeux Szekely ya era nacionalizado mexicano.
El matrimonio Szekely iba y venía a Estados Unidos, y los agentes migratorios facilitaban el tránsito y las gestiones que debían hacer para sobrevivir en el racho: “Existía toda esa amistad y buena voluntad que nos vincula y es tan importante. La ‘línea’ que nos divide simplemente es imaginaria”.
Resumió su visión de esta tierra: “Es una entidad auténticamente global, un centro económico importante”. Y eso le ha dado vitalidad: “Tengo 92 años, me siento de 62 años y soy tan activa como una de 32; la diferencia es que ahora soy más sabia”.
Ante esa fortaleza y vitalidad, don José Galicot, presidente de la Fundación Tijuana Innovadora, reconoció su activismo y la comparó con nuestra ciudad: “Esa es la Tijuana que queremos, fuerte, que lucha, que logra hacer un paraíso de un pedacito de tierra”.
Mientras que Deborah se despidió con un “Yo quiero que todos ustedes sean gozosamente sanos”.
CITAS:
“Esa es la Tijuana que queremos, fuerte, que lucha, que logra hacer un paraíso de un pedacito de tierra”, José Galicot.
“Tijuana es una ciudad auténticamente global, un centro económico importante”, Deborah Szekely.
”Los vecinos eran realmente vecinos, la frontera no tenía sentido”, Deborah Szekely.