TIJUANA B.C.-El estudio de los cenotes mayas ha enseñado que la arqueología no solamente se centra en el estudio del hombre del pasado, sino que puede mostrar una arqueología del presente y del futuro, así como brindar grandes respuestas a interrogantes de esta cultura, afirmó el arqueólogo mexicano colaborador de la National Geographic Society, Guillermo de Anda.
En la conferencia Cielo, tierra e inframundo de las cuevas, presentada en el teatro del Centro Cultural Tijuuana (Cecut) como parte de Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora mexicana, el talento que voló al norte”, refirió que lo encontrado en las cuevas inundadas y su estado, ha hecho suponer que desde las remotas épocas del pasado se han registrado grandes catástrofes naturales.
Acompañado del presidente para América Latina de National Geographic, Fernando Valenzuela, el científico mexicano explicó que en la península de Yucatán se centra el proyecto de exploración y el estudio de cuevas y cenotes, “que son no sólo lugares bellos, sino importantes sitios que han dado respuestas a la arqueología maya.”
Refirió que la gran aventura comenzó luego de que en 1986 él junto con algunos de sus amigos encontraron en las cuevas un enorme cono de carbón que planteó la interrogante sobre su llegada ahí, pues los cenotes no presentan corrientes fuertes.
Las futuras exploraciones dieron inicio a una ola de descubrimientos que evidenció que hombres tempranos de 10 millones de años de antigüedad habían penetrado a esas cuevas; hombres que tuvieron que haber entrado en ellas y encendido fuego por alguna razón, cocinar, calentarse, algún ritual o simplemente defenderse, pero esa evidencia ahí, no fue casualidad.
Luego, durante la exploración comenzaron a descubrir huesos incluso de animales extintos, como el de un tigre dientes de sable; entraron en un depósito valioso de la Edad de Hielo, “con un estado increíble de preservación de las piezas, cráneos intactos con sus dientes, y lo sorprendente que contenían material genético que recién se analizó”.
De un molar humano se extrajo ADN y se comprobó que el individuo al que pertenecía llegó del Este de Asia a través del Estrecho de Bering, con una antigüedad de 13 mil años.
“Vemos a estos seres humanos que se perdieron en una cueva y son encontrados a más de dos kilómetros, es gente que está perdida y desesperada y entró por algo; cuando encontramos esos huesos de animales cerca de los huesos de los humanos, podríamos pensar que los estaban persiguiendo para cazarlos pero no, pues todos tenían sed”, expuso.
Cuando los antiguos hombres entraron a las cuevas, éstas se encontraban secas, pero por la infusión marina y una lluvia constante, calor en la tierra y una súbita alza del nivel de los mares, determinó que se trata de cambios climáticos que se registraron desde entonces; también la presencia de grandes sequías, indicativo que llega incluso hasta nuestros días y que es tema de investigación.
Para finalizar, Guillermo de Anda expresó que todos esos kilómetros de cuevas debajo de la tierra se encuentran llenos de sorpresas arqueológicas, marcas de diferentes niveles de agua en diferentes etapas, y los alrededor de mil 390 kilómetros de laberintos y de agua dulce, como un gran recurso vital que ya se está agotando y que ahora aparece como un enorme tinaco o depósito en la península de Yucatán.
- Las cuevas inundadas han hecho suponer que desde las remotas épocas del pasado se han registrado grandes catástrofes naturales.
- Son no sólo lugares bellos, sino importantes sitios que han dado respuestas a la arqueología maya
- El estado de las cuevas determina la presencia de grandes cambios climáticos que ya se registraban desde entonces