Científicamente está comprobado que la estimulación temprana en niños y niñas los hace ser más receptivos y activar sus sentidos, a nivel cognitivo incrementan sus habilidades además de fortalecerse el vínculo entre padres e hijos.
Al trabajar el área de desarrollo cognitivo, psicomotriz, socialización, lenguaje y la conducta, las mejorías son observables en su dinámica y determinación de las emociones que los hace sentir bien, explicó la directora de Gotsky Centro Psico-Educativo, Psic. Mónica Del Toro C.
Otros beneficios se aprecian en la modulación del niño para permanecer sentado, seguir indicaciones por un lapso mayor de tiempo y tener contacto ocular, cuando se emplean técnicas y recursos de forma secuencial y sistemáticamente.
Se recomienda la estimulación temprana a partir de los 45 días del nacimiento hasta los 6 años de edad, “todos los niños pueden estar en un programa de estimulación, es mito que al asistir significa que mi hijo tiene un déficit aunque también se trabaja la dinámica con pequeños con necesidades educativas especiales”, abundó.
La psicóloga Mónica Del Toro C., aconsejó a los padres realizar alguna actividad sistemática con sus hijos en casa, por ejemplo; todos los días un masaje de 4 a 5 minutos previo al baño, beneficio que los niños convertirán en experiencia y aprendizaje a través de sus sentidos.
Incluso en la estimulación temprana se priorizan clases integradas con los padres para fortalecer el vínculo con sus hijos y viceversa, ayudándole tanto a la mamá como al padre manejar ciertas situaciones de los niños como un berrinche.
Cada vez la cultura de la estimulación temprana es más aceptada por los padres quienes tienen la alternativa de acudir algún centro especializado gubernamental o privado con opción a becas, pero cerciorándose previamente que el programa esté certificado por el Instituto Mexicano de Estimulación Temprana y Desarrollo Humano (IMETYD), agregó la Directora de Gotsky Centro Psico-Educativo.