México, D. F. a 30 de Septiembre de 2014.- Un día como hoy, 30 de septiembre, pero de 1765, nace don José María Morelos y Pavón. Igual, hoy 30 de septiembre, festejamos ya provecho la oportunidad para felicitar a nuestro coordinador del Grupo Parlamentario, Miguel Barbosa Huerta, quien coincide con este héroe nacional en su fecha de onomástico pero también en su ideología y en varias de sus conductas.
Cerca de los 30 años, José María Morelos ingresó al Colegio de San Nicolás, al Colegio de San Nicolás de Hidalgo del cual me honra ser egresada. Es ahí donde toma las órdenes religiosas y se desempeña como cura en Churumuco, Carácuaro y Nocupétaro, donde se entera del levantamiento armado de 1810.
Morelos se reúne con Hidalgo, quien ese momento lo nombra terrateniente y le ordena insurreccionar el sur y tomar Acapulco, para lo cual no había ninguna estrategia planeada en ese momento.
José María Morelos pronto da muestras de poseer una gran capacidad organizativa y un innato talento militar. Al Morelos, el militar, le rinde homenaje hoy el Grupo Parlamentario del PRD.
Se interna en Guerrero y el poblado de Petatlán (inaudible) a los hermanos Galeana, pero a pesar de sus victorias, no logra tomar Acapulco, sino hasta abril de 1813.
En 1811, Morelos marcha al Chilpancingo y más tarde a Izúcar, Puebla, y a Taxco, Guerrero, para reparar y preparar lo que sería la defensa de Cuautla, importante población asediada por el Virrey Calleja. Y después de aproximadamente 72 días de asedio realista abandona la plaza heroicamente causando graves bajas al enemigo.
Se replegó ahí en Izúcar y posteriormente se estableció en Tehuacán, Puebla.
En su tercera campaña, Morelos pelea con los realistas en las Cumbres de Acutzingo, cerca de Orizaba, y marcha a Oaxaca, donde funda el periódico Correo Americano del Sur.
Después de tomar Acapulco en septiembre de 1813, Morelos convoca al primer congreso independiente en Chilpancingo, cuyo resultado fue la Constitución de Apatzingán, que declara la independencia absoluta de México con España.
José María Morelos también decreta como oficial en aquel momento la religión católica, la igualdad entre españoles, indígenas, criollos y mestizos, miembros de las distintas castas, concede el voto a todos los varones mexicanos y limita las tierras de cultivo para evitar la formación de latifundios.
Uno de los más grandes legados de José María Morelos, debemos decir que fue la Constitución de Apatzingán. El 22 de octubre de 1814, año quinto de la Independencia mexicana, la Constitución de Apatzingán establece los principios y valores y forma de gobierno que hoy se observan.
Mientras la nación estaba ocupada parcialmente por lo enemigos que oprimían y se liberaban, se sublevan los nuestros, para expedir una regia constitución permanente.
La sesión solemne se promulgó y se llevó a cabo bajo la sombra de los árboles de la Villa de Apatzingán, en el corazón de la Tierra Caliente de Michoacán, que le va a dar rango de ciudad exclusivamente para ese efecto.
Es Morelos quien establece además la división de poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, así como la educación obligatoria y gratuita por parte del Estado y para todos.
Sin duda uno de los mayores legados de Morelos son los Sentimientos de la Nación. Los Sentimientos representan al mismo tiempo el término de una etapa y el inicio de otra etapa en la empresa de definir desde el (inaudible) de Morelos y de manera concisa los propósitos y el programa del movimiento insurgente y del nuevo estado de nación que él pretendía.
En este sentido para recapitular y hablar un poco de los Sentimientos de la Nación, habría que destacarlos casi todos. Uno de los más innovadores fue el sentimiento número 12 al apuntar hacia la equidad socioeconómica, mediante la moderación de la opulencia y la indigencia aumentando los salarios de los pobres. Ni el Congreso de Anáhuac, ni ninguna constitución del siglo XIX lo consideró, hasta la constitución de 1917 fue que se tomó en cuenta.
Los puntos reelaborados en el sentimiento relativo a la independencia retoman el objetivo primordial de Hidalgo y corrigen el de Allende y Rayón que pretendían que se siguiera invocando a Fernando VII.
El Congreso asumió este primer sentimiento de la Nación en la declaración de independencia del 6 de noviembre de 1813.
Otros sentimientos se refieren a los principios de soberanía, de derechos humanos, de división de poderes y a la representación democrática que en general la asumió y la precisó la Constitución de Apatzingán.
Es de subrayar el Sentimiento 22 relativo a la moderación y simplificación de los cargos fiscales. La Constitución asignaría al Congreso la facultad de establecer las contribuciones, pero sin retirar los principios de Morelos.
umen, los Sentimientos de la Nación son sin duda la más relevante formulación sintética de la visión de la insurgencia en su momento cumbre.
Ante los nuevos imperios de la prepotencia económica y militar, así como la delincuencia organizada, la independencia y la soberanía de la nación, hoy son una tarea inacabada y una responsabilidad de todos y cada uno.
Del sentimiento 12 sobre la moderación y la democratización de la riqueza y la indigencia deberíamos de pensar un poco más.
Para concluir, diría que el espíritu de los Sentimientos de la Nación, hoy como antes en aquel momento debe ser retomado
Hoy como ayer el poner por obra el espíritu de los Sentimientos de la Nación conlleva esfuerzo y constancia: “Es necesario usar de algún sufrimiento, porque es tiempo de sufrir, porque México sufre; lo que no sufriría yo nunca jamás sería la injusticia”, eso también dijo Morelos.
Que lo que nunca sufra nuestro pueblo sea la injusticia.