En colaboración con el Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC
** “La Gran Depresión de 1929 a 1933 suele relacionarse con la caída estrepitosa de la Bolsa de Valores de Wall Street en octubre de 1929, los precios de los bienes en muchos casos subieron cuando la demanda superó a la oferta y hubo efectos en el ámbito económico, político y social en México, como la repatriación, la migración, el desempleo y el contrabando”, aseguró el investigador.
Público en general, colegas y alumnos estuvieron presentes para escuchar la conferencia titulada “A 90 años de la Gran Depresión: comercio, desarrollo y la propuesta de zona libre en Baja California (1929-1939)”, que el académico dictó con la intención de ofrecer un panorama de la región en esos años.
Desde su origen, el CECUT ha priorizado los vínculos con instituciones académicas con la finalidad de observar con rigor investigativo la historia característica que reviste esta zona tan compleja y relevante para el país, de ahí que catedráticos del Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC sean invitados frecuentes, quienes aportan información de gran valía para los bajacalifornianos.
Si bien el tropiezo económico que supuso la Gran Depresión tuvo grandes efectos en el vecino país, en la frontera norte de México su impacto fue limitado, aunque por otra parte, si no alentó, sí al menos coincidió con el aumento del contrabando de mercancías en esta región.
“La Gran Depresión de 1929 a 1933 suele relacionarse con la caída estrepitosa de la Bolsa de Valores de Wall Street en octubre de 1929, los precios de los bienes en muchos casos subieron cuando la demanda superó a la oferta y hubo efectos en el ámbito económico, político y social en México, como la repatriación de connacionales, la migración, el desempleo y el contrabando”, inició diciendo el Dr. Méndez.
Hay que tener en cuenta que en 1927, dos años antes de que estallara la Gran Depresión en el vecino país, se inauguró el Hotel y Casino Agua Caliente, que por ese tiempo fue uno de los motores de la economía local y gran fuente de empleos en Tijuana, cuya operación requería del suministro constante de una gran cantidad de mercancías, entre ellas vinos y licores, para atender a su clientela, de modo que al surgir dificultades para su importación legal se recurrió al contrabando.
“Las necesidades en la frontera norte de México, un espacio tan grande que necesitamos comprar mercaderías a ambos lados de la línea divisoria, y hacia 1931 se habla ya abiertamente de contrabando y es entonces que el gobierno federal decide construir perímetros libres antes de decretar, en 1937, la zona libre”, explicó el investigador de la UABC.
“Cuando uno investiga la política de zona libre lo hace con estudios de caso, se desarrolla la hipótesis de que el contrabando se daba porque la ley arancelaria era muy compleja de cumplir; transportar animales, por ejemplo, tenía diferentes nomenclaturas que complicaban la vida de aduaneros y ciudadanos o repatriados que preferían esconder sus mercaderías antes de cruzar la frontera”, continuó el académico.
“No solo se importaban mercaderías legales, sino también opio, acusación permanente contra los chinos; también hubo italianos, franceses, rusos y estadounidenses involucrados en casos de contrabando de diversas mercaderías y está el caso de unos yugoeslavos que tenían 2 toneladas de abulón, y casi siempre para no tener problemas con otros países el gobierno federal sobreseía los casos”, aclaró Méndez Reyes.
El investigador reveló otros casos emblemáticos: “En febrero de 1929 el inspector fiscal La Carra llevó a cabo visitas en los almacenes de la Cervecería Tijuana, propiedad de Mario Cardinale, y de la Nacional, de Mariano Escobedo, concluyendo que el producto que colocaban en los establecimientos locales era falso o que al menos las etiquetas las habían introducido al país sin haber pagado impuestos; en el otro extremo, también está el caso del barco francés Quand Meme, cuyo capitán se negó descargar 60 mil botellas de licor” destinadas para el consumo en la región.
El comercio y la acumulación de riqueza en algunos sectores, las florecientes fuentes de trabajo y los descomunales casos de contrabando de grandes sumas económicas investigados y expuestos permitieron inferir al investigador que “tan deprimidos no estábamos en la frontera, la Gran Depresión no tiene el significado y el impacto que sí tuvo en Estados Unidos”, concluyó el Doctor en Historia por El Colegio de México.
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