Enfoque multidisciplinario

** El libro ofrece una visión panorámica de una de las zonas con mayor biodiversidad de Baja California, desde su origen geológico hasta su ocupación territorial en etapas sucesivas de la historia y asiento de la actividad científica.

TIJUANA, B.C.- La Sierra de San Pedro Mártir es un baluarte biológico de primera importancia en la parte norte de la península de Baja California, no solo por la enorme biodiversidad que contiene, sino porque su funcionamiento es clave para el régimen de lluvias y en la distribución del agua pluvial en la región, aseguró el doctor José Delgadillo, al referirse al libro “Semeel Jak: Historia natural y cultural de la sierra de San Pedro Mártir”, presentado en días recientes en el Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura.

Mientras el agua que baja de la Sierra de San Pedro Mártir alimenta el Valle de San Quintín y Camalú, la que desciende de la Sierra Juárez sigue recargando los mantos acuíferos de Tijuana, aseguró el Dr. Delgadillo.

Fruto de la colaboración multidisciplinaria, el libro “Semeel Jak” ofrece una visión múltiple de la Sierra de San Pedro Mártir, desde su formación geológica, producto del choque de las placas del Pacífico y de Norteamérica que hizo emerger la península del fondo oceánico, de ahí que se hayan localizado fósiles marinos en sus partes más altas, hasta la rica biodiversidad que contiene, en términos de los organismos de flora y fauna que la habitan, y su ocupación sucesiva por grupos humanos, primero por los kiliwas en tiempos precortesianos, luego por misioneros y soldados de la época colonial, y hacia finales del siglo XIX por grupos de ganaderos y mineros, explicó el Dr. Everardo Garduño, coordinador del volumen publicado en 2018 como parte de los festejos por el 60 aniversario de la UABC.

El abordaje multidisciplinario es una de las cualidades de “Semeel Jak: Historia natural y cultural de la sierra de San Pedro Mártir”, nombre que en lengua kiliwa significa “montaña arbolada”, afirmó el Dr. Garduño al señalar que en el libro participaron como coautores un geólogo, cinco biólogos, tres historiadores, un etnógrafo y un antropólogo, lo que garantiza la multiplicidad de puntos de vista en un volumen que, además, se encuentra profusamente ilustrado con fotografías y diagramas de los distintos temas que aborda.

Por lo demás, esta “Historia natural y cultural de la sierra de San Pedro Mártir” es producto de las investigaciones que precedieron a la instalación del Museo de Sitio que opera en lo alto de esta área natural protegida, precisó el Dr. Garduño.

Se trata de la cordillera más alta de Baja California cuya elevación en muy abrupta, pues en una distancia de 160 kilómetros, medidos de la costa del Pacífico a la del Mar de Cortés, el macizo montañoso escala por encima de los 3 mil metros, lo que da origen a una serie de bioclimas que van variando conforme se asciende, junto con la vegetación presente en cada altitud; así, de los matorrales costeros que se observan en las partes bajas se transita a los chaparrales y cardones de más arriba hasta llegar al bosque de coníferas que corona la cumbre de la Sierra de San pedro Mártir, sostuvo el doctor José Delgadillo, investigador de la UABC.

Convertida en área natural protegida, la Sierra de San Pedro Mártir es escenario a su vez del Proyecto Cóndor que busca la reintroducción del cóndor californiano, especie de la cual hoy existen 40 ejemplares, nueve de ellos nacidos en Baja California, explicó a su vez el Dr. Gonzalo León-Girón, director del Parque Nacional que funciona en la zona, durante la presentación del volumen.

Esta especie de cóndor, cuyo origen es prehistórico, hace tres décadas estuvo a punto de desaparecer de Baja California, recordó el Dr. León al señalar que la Sierra de San Pedro Mártir es también hábitat del águila real o águila dorada, y desde luego del borrego cimarrón, el venado bura, el coyote y gato montés.

A la biodiversidad de la zona contribuyen igualmente los hongos, de los cuales existen numerosos tipos en la Sierra de San Pedro Mártir, tanto comestibles como medicinales, precisó el Dr. Garduño. Sin olvidar que en esta Sierra opera el Observatorio Astronómico de la UNAM, por lo que la zona es también asiento de la investigación científica.

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