TIJUANA, B.C., 25 DE OCTUBRE DE 2017.- La Subprocuraduría de Justicia en Tijuana, logró una sentencia de 14 años de prisión, multa de 33 días (24,345 pesos) y la reparación del daño por la cantidad de 20,400 pesos por el delito de violación equiparada agravada en contra de Enrique “N”., quien cometió este delito en agravio de una menor de 11 años de edad.
De acuerdo a lo relatado por la víctima, en junio de 2016 fue la primera vez que el agresor la atacó sexualmente, mencionado que antes de abusar de ella la amenazó para que no contara nada a su familia, ya que de lo contrario la iban a llevar a la cárcel a ella, y también a él, y por esto ya no volvería a ver a su mamá y a sus hermanitas.
En una segunda ocasión que intentó agredirla sexualmente en el mes de octubre de 2016, la menor señala que logró zafarse del agresor y esperar a que su madre regresara de la tienda, ya que señala la ofendida, el agresor aprovechaba las veces de que la mamá salía y de que tampoco estuvieran los hermanitos de la menor, para abusar sexualmente de ella, sin que nadie se diera cuenta.
La última vez que la menor fue agredida, fue en el mes de noviembre de 2016, ya para entonces la victima menciona que su madre sospechaba que algo malo le estaba pasando, dado que siempre estaba triste, lloraba mucho y vomitaba todo el tiempo, razón por la que la madre le preguntó si alguien le había hecho algo malo. La menor narró que siempre le decía a su mamá que no le pasaba nada, porque temía que su agresor cumpliera su promesa o pudiere hacerles daño a su madre y sus hermanas ya que en ocasiones era muy violento.
Por su parte la madre menciona, que sentía que algo no estaba bien con si hija, así que decidió llevarla al médico, donde le dijeron que su hija no tenía nada grave que era sólo un descontrol hormonal propio de su edad, pero la madre menciona que no quedó conforme con el resultado, y visitaron otro médico para una segunda opinión, quien les dio el mismo diagnóstico.
Pero en el mes de enero del presente año, la madre menciona que comenzó a notar el vientre de su hija más abultado, así como características físicas propias de una mujer embarazada como el ombligo saltado y la línea del vientre, por lo que de nueva cuenta cuestionó a su hija si algo malo le había sucedido. Fue en esta ocasión que la menor comenzó a llorar y le relató a su madre todo lo sucedido, señalando a Enrique “N” como su agresor y quien la tenía amenazada con no contarle nada o la policía se la podía llevar y ya no la vería nunca más.
Por tal motivo fue interpuesta la denuncia correspondiente ante el Ministerio Publico por el delito de violación equiparada agravada, tras las investigaciones correspondientes y luego de llevarse a cabo un procedimiento abreviado, se logró una sentencia de 14 años de prisión, así como una multa de 24,345 pesos y la reparación del daño por la cantidad de 20,400 pesos.