- Los científicos Víctor Manuel Castaños y Javier Morales, cuyo descubrimiento es el tema científico con más referencias en Internet, ofrecieron una conferencia en Tijuana Innovadora 2014.
Tijuana, Baja California 24 de Octubre de 2014.- Aunque poca resonancia han tenido en nuestro país, tres mexicanos en años recientes llenaron los titulares de las revistas científicas y son referencia en miles de artículos en los buscadores de Internet, debido a que descubrieron cómo hacer diamantes a partir de la bebida nacional por excelencia, el tequila.
Dentro de las actividades de Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte”, se presentaron los científicos Javier Morales y Víctor Manuel Castaño, ganadores del premio Ig Nobel en 2009 y que sustentaron la conferencia “Tequila no vale su peso en oro sino en diamantes”.
“En primer lugar gracias por hacernos partícipes de esta iniciativa que además de ser innovadora es absolutamente necesaria, fresca y muy pertinente a la situación de nuestro país y a la situación mundial”, dijo Castaño a propósito de Tijuana Innovadora.
Y continuó con una detallada explicación de las características y posibilidades del diamante, que lo convierten en un motor económico y de gran oportunidad para la innovación.
Es el único elemento que cada día sube de precio y es indestructible. Cuenta con propiedades únicas y todo a partir de un componente simple como el carbono. “El diamante está cambiando el mundo, y lo puede recambiar más”, agregó.
Los diamantes pueden ser utilizados para la protección contra la radiación, en mecánica, para recubrimientos, para la óptica, en la industria aeroespacial, y sobre todo para la fabricación de microchips para computadoras. “La visión es que la nueva electrónica esté hecha con diamantes baratos”, mencionó Castaños.
Javier Morales explicó que lograron hacer diamantes a partir de una mezcla de 40 por ciento de etanol y 60 de agua, tequila que cuando se evapora se arrastra hacia una cámara, se produce una reacción química que rompe las moléculas y hace que los átomos de carbón se encimen unos con otros sobre una plancha de acero inoxidable, con la que se forma un estructura de diamante, que no son otra cosas que miles de pequeños cristales.
En 2008 los mexicanos hicieron el descubrimiento, y en 2009 ya estaban recibiendo el premio Ig Nobel de química en la Universidad de Harvard. Víctor Castaños sacó a colación una noticia que se difundió en septiembre de 2012, cuando Rusia reveló que tenía reservas de diamantes para garantizar suministro en los próximos 3 mil años.
“Esto es una revolución que puede cambiar el mundo”, expresó. Respecto al trabajo de ellos, resumió: “En el diamante está la tecnología del siglo 21 hecha con diamante en México”.