- Repoblamiento de totoaba alentó la pesca con redes en las que la vaquita queda atrapada y muere por asfixia
- Faltó visión integral del ecosistema por parte de la Semarnat
Tijuana, B. C., a 26 de junio de 2016.- En una suerte de paradoja cruel, el éxito del cultivo, reintroducción y repoblamiento de totoaba en el Alto Golfo de California, mismo ecosistema de la vaquita marina, trajo un daño colateral: la abundancia relativa de totoaba alentó la pesca con redes, ilegal y clandestina, donde la vaquita queda atrapada y muere por asfixia.
Así lo alertó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA),opinando que el éxito de la totoaba pareciera el último clavo en el ataúd de la vaquita y su pesca llega en un muy mal momento, cuando más peligra la vaquita, pero aún es tiempo de acciones coordinadas para construirle esperanza a esta especie.
Dado que la totoaba y la vaquita marina comparten el mismo ecosistema, consideró, en la estrategia impulsada por la Semarnat ha faltado una visión integral del ecosistema, aunque hay otros factores que han contribuido a la crisis de la vaquita, como la muerte del Río Colorado, que los gobiernos de México y Estados Unidos han intentado mitigar con esfuerzos como el “Flujo Pulso”.
Recordó que en 2014, en el marco de la relación bilateral entre ambos países para asegurar la conservación del agua y la protección ambiental en el sistema del Río Colorado, a través del “Flujo Pulso” se enviaron cerca de 130 millones de metros cúbicos hacia el Delta, en un lapso de ocho semanas, con la intención de restaurar la Cuenca y revitalizar el hábitat para la vida silvestre.
Zavala Álvarez agregó que, como otro factor que ha abonado a la crisis de la vaquita es que el programa de compensaciones económicas para los pescadores no ha sido suficientemente transparente, pues ha tenido listados incompletos y manipulados, además de que los recursos no han llegado con la oportunidad debida.
Asimismo, refirió que la reconversión de alternativas económicas-productivas para las comunidades ha tenido éxitos solo parciales y relativos, además de que los esfuerzos de inspección y vigilancia para evitar la pesca y tránsito de totoaba y sus “buches” no han tenido los logros y la colaboración suficiente tanto en la comunidad, como entre los gobiernos de China, Estados Unidos y México.
“No hay una sola solución, pero la captura y reproducción de vaquita en cautiverio es una opción que se necesita explorar, con todas las incertidumbres y complicaciones que se avizoran; falta más imaginación e innovación en las alternativas económicas de las comunidades, porque sin el compromiso de la comunidad no habrá éxito y debe construirse credibilidad y confianza en las acciones y programas de gobierno, con funcionarios profesionales y comprometidos”, destacó.
El director del CIGA afirmó también que es preciso bajar la presión del mercado negro ilegal de la totoaba y su “buche”, construyendo Unidades de Manejo de Vida Silvestre (UMAs) de totoaba fuera del polígono de protección de la vaquita, como una opción productiva para los habitantes locales y para estabilizar a la baja los altos y escandalosos precios del “buche” de totoaba.
Reiteró que la Estrategia Integral para la Recuperación de la Vaquita Marina implementada hace un año por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto ha tenido magros resultados por la descoordinación entreautoridades ambientales, que no han sumado a la comunidad local para proteger a esta especie y porque, según el censo realizado en el Alto Golfo de California en el último trimestre de 2015, quedan 30 o máximo 60 vaquitas.
“Estamos a tiempo, pero se requiere una estrategia integral; sería muy lamentable que en diciembre de este año, que México será sede de la COP13, la decimotercera reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica, el país y la administración que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto lleguen con deuda, con la tarea no hecha por la vaquita”, finalizó Zavala Álvarez.