Manuel Hernandez Pasión
Presidente Municipal de Huitzilan de Serdán
El “periodista” Amílcar Salazar, en una nota publicada por un medio con bastante poder en México, “retrata” al expárroco de Huitzilan de Serdán, José Martín Hernández Martínez, como un hombre “hosco ante el poder”. Y un hombre culto, en otro artículo publicado recientemente, lanza la pregunta: ¿Qué poder? ¿El poder en general? ¿Cualquier poder? ¿El poder de quién?
Gracias a esta pregunta, inevitablemente resalta una gran verdad: el expárroco José Martín es “hosco ante el poder” del pueblo pobre organizado, al pueblo consciente de su fuerza, al pueblo que se vuelve un gigante e invencible. José Martín es hosco ante el poder transformador del pueblo pobre, que es motor de avance y desarrollo, al pueblo que le pone un freno al cacicazgo, que ya no puede tratar a los pobres a su entera conveniencia, como acémilas de carga, como medio para lograr enriquecimiento desmedido, para saciar su ambición de ganancias.
Pero por la vía del hecho se demuestra lo siguiente: el expárroco sí acepta el poder del medio que lo entrevista y se presta para que se publiquen sus comentarios y así causar daño a los antorchistas huitziltecos, que somos la mayoría de la población, porque sus calumnias no son gestos de conciliación y pruebas de amor al prójimo. Pero lo más interesante de todo es que ve con buenos ojos al poder económico de sus patrones, que son los caciques de Huitzilan de Serdán, a quienes sirve fielmente “en nombre de Dios”.
Para el cura, que ha servido fielmente a sus amos los caciques, aquella parábola que dice que “es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja, a que entre un rico en el reino de los cielos” vale un comino, pues para él, en Huitzilan de Serdán, Alonso Aco cacique del pueblo, explotador de los indígenas, es quien se merece el cielo y la gloria. ¿No es esto una gran contradicción?
¿Y qué se ha logrado con el poder de pueblo pobre organizado, en Huitzilan de Serdán? Un viraje total. Hablar de lo que había hace más de 31 años en este pueblo es un verdadero viaje al pasado, con gran atraso social. No había escuelas, los campesinos eran tratados como esclavos, y de ahí vienen los términos, nacos e indios. Con la fundación de Antorcha Campesina en Huitzilan de Serdán en 1984, que no es otra cosa que la organización de los pobres explotados por caciques como Alonso Aco, y gracias a un grupo de hombres valientes, visionarios y con liderazgo natural como Bartolomé Tadeo Arellano, Ramírez Velázquez Gobierno, Francisco Luna Gobierno, Moisés González Lira, Sebastián Manzano Tadeo, los primeros tres, héroes caídos, y muchos otros que buscaron la solución, dimos paso del atraso a la modernidad. Antes sólo había una primaria y estaba cerrada, porque los caciques habían asesinado al maestro. Hoy contamos ya con instalaciones para la práctica del deporte y se construye un monumental edificio para practicar todas las artes; qué decir de la infraestructura educativa: 19 prescolares, 18 primarias, siete secundarias, cinco bachilleratos y una Escuela Normal Superior, todas ellas instituciones educativas que son atendidas por 176 docentes. Además, tenemos 24 canchas deportivas techadas, un auditorio bastante amplio en donde se realizan actos cuturales y muy pronto construiremos un estadio de futbol.
Al día de hoy nos podemos dar el lujo de disfrutar eventos artísticos de gran calidad con nuestros propios niños y jóvenes, tenemos entre la niñez y juventud huitzilteca grandes talentos que sólo se logra en escuelas dedicadas exclusivamente a las artes.
Estamos modernizando nuestros caminos ya están pavimentados los tramos Totutla-Acateno, Huitzilan-Pahuata, está por iniciarse el tramo Acateno-Pezmata y se está trabajado el tramo Tecorral de la Comunidad de Zoyotla, estas obras como cualquiera puede constatar están hechas con concreto hidráulico, lo que quiere decir que durarán mucho tiempo y son de gran calidad; en la salud hemos logrado la construcción de un hospital con equipamiento de última tecnología, dando atención digna a todos los ciudadanos las 24 horas del día, mencionando también que ya contamos con la Unidad Básica de Rehabilitación (UBR) equipada y con transporte especial para los discapacitados del que ya se benefician hasta los municipio vecinos.
Otro beneficio que logramos es que, en la cabecera municipal, de dos tiendas de raya que existían con los caciques y a las que todo mundo tenía que comprar forzosamente, ahora están instalados más de 100 negocios, lo que significa que hay más abasto y que las familias huitziltecas han mejorado su nivel de vida. En la vivienda, en los últimos tres años se han ejecutado las siguientes acciones: 482 viviendas y mil 600 techos, sumando así 2 mil 82 acciones. El apoyo al campo no podía faltar: año con año se apoya a los productores de café con paquetes tecnológicos que incluye fertilizante y plántula para la renovación de cafetales, en los últimos cinco años se han distribuido 3 mil toneladas de fertilizante y más de un millón de plantas.
Por último, nuestra feria patronal refleja también el avance de nuestro pueblo. Ha sido, sin ninguna duda, una de las mejores en la región. Nuestra gente indígena ha podido disfrutar de eventos totalmente gratuitos y de gran calidad, nuestro pueblo se ha convertido en un lugar de concentración de los tríos huastecos y de las danzas autóctonas, y lo mejor de nuestra feria son los grupos culturales formados por nuestro Movimiento Antorchista que son muestra de avance y de superación.
Es verdaderamente impresionante el movimiento que se ha generado con este gran trabajo y no podemos esperar menos, pues es resultado de una gran organización que se ha formado en México y es de justica elemental que los huitziltecos de buen corazón lo reconozcamos y difundamos. Se lo debemos al Movimiento Antorchista Nacional.
Desde la fundación de Antorcha en Huitzilan, el ayuntamiento se convirtió en un verdadero instrumento para resolver los problemas que padecen las comunidades: como educación, salud, vivienda, agua potable, drenaje, caminos, qué decir del arte y el deporte. Hemos demostrado que cuando el pueblo pobre está organizado, está bien representado y bien dirigido, se convierte en motor de desarrollo y el beneficio es social. Contrario a lo que hacen los caciques cuando ellos están en el poder y que ahora a la vista de todos son defendidos por La Jornada de Oriente de Puebla, sin importarles la opinión de la gran mayoría de los ciudadanos de Huitzilan de Serdán, porque las conciencias compradas no escuchan más razones que las del pago.
Todo el avance de Huitzilan que, sin ser presuntuosos ni querer agraviar a nadie, envidiarían municipios más grandes, se debe a que el poder está en manos del pueblo. El poder del pueblo -ése ante el que se siente hosco el excura José Martín- es el que ha sacado a Huitzilan del atraso y la marginación.
Pero el reportero que con maestría “entrevista” y “retrata” al excura, debió preguntarle, por lógica elementa: Oiga, señor don José Martín Hernández Martínez, y usted que es tan hosco ante el poder del pueblo organizado, ¿qué ha hecho por Huitzilan de Serdán? Le aseguro que el “Padre José” se habría quedado callado. Porque no ha hecho nada bueno. Y si no, que repita la entrevista. Ya veremos cómo palidece ante una pregunta tan básica.