– En el marco del Programa Cultural
** En la obra la fiesta por los muertos y sus rituales son el vehículo apropiado para escuchar a la protagonista hablar de su agonía, de su pintura, del tequila como infusión de fuerza, de la fiesta como arma contra el dolor, de vivir la vida a pesar de todo.
TIJUANA, B.C. Con meticulosa precisión la actriz Minerva Velasco reprodujo una a una las escenas planteadas en el monologo Frida Kahlo, Viva la Vida escrita por Humberto Robles, una obra que recreo en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana una atmosfera histórica y vivencial la noche del sábado pasado.
El amor que la pintora más afamada de México tuvo por las tradiciones y la cultura nacional, inundaron el teatro y el público recorrió junto a ella frases, platillos, anécdotas, costumbres y memoria de quien fuera destacada figura de la plástica mexicana desde la primera mitad del siglo XX hasta nuestros días.
“En la obra y en la vida de Frida Kahlo había tequila, llanto, risa y canto; la obra habla de la mujer más que de la pintora, vemos desde una puerta su vida y su intimidad”, reveló en entrevista Minerva Velasco anunciando también que es en Tijuana donde la puesta en escena inicia una gira por la República que culminará en Granada, España en 2016.
En Frida Kahlo, Viva la Vida la fiesta por los muertos y sus rituales son el vehículo apropiado para escuchar a la protagonista hablar de su agonía, de su pintura, del tequila como infusión de fuerza, de la fiesta como arma contra el dolor, de vivir la vida a pesar de todo, de su amor y su rencor por Diego Rivera y de Trotsky antes de ser asesinado.
Bajo la dirección de Abel González la obra llegó al público que disfruta la recreación y la escenografía: el venado con nueve flechas que aluden a las intervenciones quirúrgicas que sufrió la pintora, las calaveras de azúcar, el color y las sombras hacen cita velada a las sandias del último cuadro que Frida pintó y que tituló así: Viva la Vida.
“Frida Kahlo fue una mujer temperamental que tenía demasiadas dolencias no solo las del cuerpo sino también del alma por sentirse frustrada por no poder ser madre. Creo que esa fue una de las mayores frustraciones que la llevó a episodios muy dolorosos de su vida, y esta obra muestra esa parte vulnerable de Frida”, concluyo Velasco.
Si algo distinguió el exhaustivo monólogo, fue la contradicción en la vida de la pintora que daba tumbos entre la alegría de vivir y se sumía en el malestar físico perenne, que disfrutaba del amor a Diego Rivera y lo padecía.
Con esta puesta en escena dio inicio el Programa Cultural que el CECUT ha organizado en el marco de la exposición Frida Kahlo. Sus Fotos abierta al público en la Sala 1 de El Cubo. Si desea conocer el resto de nuestras actividades puede visitar la página www.cecut.gob.mx.