UNA ESPIATIJUANA.-Susan Cooper (Melissa McCarthy), una analista de la CIA confinada a su escritorio, es una mujer modesta y la heroína no reconocida detrás de las misiones más peligrosas de la agencia. Pero cuando su socio (Jude Law) desaparece de la faz de la tierra y otro agente (Jason Statham) está comprometido en otra misión, se ofrece como voluntaria para infiltrarse de lleno en el mundo de un traficante de armas letal, y evitar un desastre mundial.

El escritor-director Paul Feig, que hace mancuerna por tercera ocasión con Melissa McCarthy, después de los rotundos éxitos Bridesmaids y The Heat, esta vez le agrega toneladas de acción a su distintiva comedia y sitúa su historia en hermosas locaciones europeas. Los ambientes bulliciosos y desconocidos de capitales famosas tales como Roma, París y Budapest, hacen que la transición de Susan en el trabajo de campo de la intriga y el misterio que trae consigo el espionaje internacional sea cada vez más desconcertante.

Feig comenta: “Soy un gran aficionado de las películas de espías, y quería hacer una comedia de acción marcada dentro de ese género. La comedia proviene de los personajes. No es una parodia o una sátira. Quería que tuviera el tono de un filme de espías, pero que fuera lo más divertida posible.

“También quería hacer una historia con la que el público se pudiera identificar, en la que pudiéramos preguntarnos, ‘Si a mí me reclutaran como espía y me mandaran a una misión, ¿cómo podría reaccionar?’ Melissa es perfecta para el papel porque, a pesar de ser extraordinariamente talentosa, todavía puede interpretar a ese tipo de persona ‘común y corriente’ y provocar una profundo sentimiento de empatía y apoyo”.

Feig, al darse cuenta que él y McCarthy comparten el mismo sentido del humor y deseo por encontrar la esencia en una historia y no sólo las risas, comenta que lo que se exigen uno del otro es lo que ha hecho capaz  de que lleguen a lugares donde solos no podrían llegar.

La productora Jenno Topping concuerda: “Hay una confianza mutua entre Paul y Melissa, así que a ella no le da miedo arriesgarse. Puede romperle el corazón al público, y, así, la apoyarán para que se sobreponga a aquellos que han sido desagradables o injustos con ella”.

McCarthy simplemente le da crédito al secreto de su éxito al hecho de que “Paul es maravilloso, hace grandes películas, y me he pegado a él como una rémora”.

Una vez que asegura su primera misión como espía, Susan Cooper, personaje de McCarthy, primero deberá hacer a un lado su inseguridad y la desconfianza que tiene de sí misma mientras se arma de valor para abandonar su escritorio en Langley (las oficinas centrales de la CIA) con el fin de liarse a golpes con una variedad de malandrines europeos bien calificados.

McCarthy comenta: “Susan siempre ha tenido la habilidad, y es maravillosa técnica y tácticamente, pero le falta confianza en sí misma. Ahora bien, sus experiencias de campo y la lealtad que le tiene al personaje de Jude, Bradley Fine, comienzan a hacer que saque todo su potencial. Descubre talentos que no sabía que tenía”.

Susan Cooper podrá estar fuera de lugar. Pero no fuera de su alcance.

Paul Feig acota: “Leí que las mujeres son mejores espías que los hombres porque por lo general son mejores al leer señales físicas, ganarse la confianza y utilizar la intuición. Esto es Susan Cooper. No depende de la fuerza —tiene que descifrar las cosas conforme se le presentan. Disfruto trabajar con mujeres, y darles poder, además de que estaba intrigado con la idea de crear un trío de protagonista, compinche y adversario”.

Al desarrollar la paleta para el filme, Feig, junto con el director de fotografía Robert Yeoman y el diseñador de producción Jefferson Sage, se inspiró en películas de James Bond. Se dieron a la tarea de hacer una comedia bajo el estilo visual de estos icónicos filmes, con tomas magníficas, fondos llamativos y secuencias de acción convincentes.

Yeoman dice, “En las comedias la iluminación es típicamente brillante y plana, pero Paul la quería más oscura, con más contraste, para enfatizar algunos de los peligros y riesgos que hay en el mundo misterioso del espionaje. Cuando rodamos en locaciones hay una gran escala”.

SPY: Una espía despistada se rodó principalmente en Budapest, Hungría, que también hace las veces de Roma y París. La arquitectura sorprendente y variada de la ciudad le permitió a Sage utilizar lugares históricos e interesantes, así como particularidades de colonias únicas para poder distinguir entre las tres capitales. Buda, localizada en el lado oeste del Danubio, es montañoso, con calles sinuosas de adoquín que se asemejan a Roma. Mientras tanto, árboles naturales y una vegetación abundantes sirvieron de manera efectiva para suavizar las locaciones de fondo que se hacen pasar por París, que los realizadores querían mantener más claras y amplias en tonalidad.

Pero la expectativa más emocionante para Sage fue dejar que la ciudad se interpretará por sí sola.

“Por lo general, Budapest se hace pasar por otros lugares, pero cuando Paul recorrió la ciudad quedó tan impresionado que cambió la historia para que se desarrollara ahí casi en su totalidad —muy parecido a cuando decidió que Boston se interpretara a sí mismo en vez de que hiciera las veces de Nueva York en The Heat. Budapest tiene esplendor y una agradable mezcla de estilos arquitectónicos, junto con el exotismo del este de Europa que le brinda una mística maravillosa a la historia”.

 

 

ACERCA DE LA HISTORIA Y LOS PERSONAJES

 

“¿Mi identidad falsa como espía es la de una telefonista de marketing desempleada?… ¿Ni siquiera yo puedo encontrar un trabajo en esa área?”

 – Susan Cooper

 

Con razón Susan Cooper no tiene confianza en sí misma. Fue criada por una madre que le inculcó la firme convicción, “No, no puedes”. Cualquier esperanza de que un trabajo nuevo con la CIA pueda fortalecer su autoestima y vida social, hasta ahora, se ha desmoronado como los pasteles de cumpleaños que les prepara a sus colegas.

Bendita con una memoria impresionante, Cooper labora en una deprimente oficina que se encuentra debajo de un sótano, donde es los ojos y oídos (además de estar enamorada) del súper agente Bradley Fine —un encantador, pero egocéntrico petimetre que logra terminar sus misiones sin que se le haya movido un solo cabello.

Jude Law comenta: “En lo que a Fine respecta, él y Susan son el equipo perfecto, imperturbables, la crema y nata de la CIA. Él ve la relación como meramente platónica, a pesar de los coqueteos ocasionales. Quizás y hay algunos elementos que ella no haya interpretado bien, o quizás la esperanza se desarrolle en algo más. Él no cree que ella tenga un deseo real por abandonar el sótano, pero podrías argumentar que sí quiere que Susan permanezca ahí porque sin ella podría estar perdido”.

McCarthy concuerda: “Fine es hasta cierto punto manipulador, pero de una forma que es entendible. Si estás afuera, en el campo de acción, quieres que la mejor persona forme parte de tu equipo, y quieres que esté encima de las cosas totalmente”.

Susan podrá fantasear acerca de Fine, pero el agente narcisista sólo tiene ojos para el espejo. O para el grupo de bellezas que se cruza en su camino en la tentadora intersección del peligro y el glamour.

McCarthy comenta, “Me encanta la manera en la que Jude interpreta a Fine, como alguien encantador, pero un poco sinvergüenza”.

“Jude es apuesto, elegante, con un destello en su mirada, como si hubiera nacido para utilizar un esmoquin”, añade la productora Jenno Topping.

Law admite que raramente se ha divertido más con un papel, y hace hincapié en que fue importante para Fine “cumplir las expectativas para atraer a la audiencia hacia los peligros que trae consigo el oficio de espía. Es uno de esos pocos personajes en pantalla que tantos chicos pretenden ser —astronauta, soldado, espía…

“Las pláticas que Paul y yo tuvimos acerca de Fine se centraron en la idea de que no queríamos que fuera malo. Tiene un afecto genuino por Susan, junto con un interés particular por conservar al equipo unido. Lograr ese balance es importante”.

Pero el intento de Bradley por caminar en ‘la cuerda floja’ con Susan no le cae nada bien a Nancy (Miranda Hart), mejor amiga y colega de Susan. Tremendamente protectora, le echa la culpa a él por reprimir los avances en la carrera de Susan y por jugar con sus emociones.

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