De Migrantes y el Rio Tijuana

 Por Rogelio Lavenant Sifuentes

En Tijuana…

Sólo en Tijuana.

 Suceden…

Hechos inéditos o por lo menos inusuales.

Como…

ROGELIO LAVENANTTIJUANA B.C.-La acción y determinación del alcalde de Tijuana, Dr. Jorge Astiazarán Orcí, para acabar de un plumazo, que no de un “plomazo”, con un estigma urbano en el que se había convertido para esta frontera la irregular ocupación del canal del Rio Tijuana, al menos en la parte más cercana a la garita con San Ysidro, a un lado de las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) y, por ello, visto durante mucho tiempo como efecto de la masiva deportación de compatriotas mexicanos que vieron cancelados su “sueño americano”.

 

Ocurrió…

Como luego se dice, lo que muchos no creían, o creíamos, que sucedería.

 

Que Astiazarán…

“Tan buena gente” o “que no mata una mosca”, asumiera el supuesto “costo político” de sacar a tantas personas atrincheradas bajo los puentes, en las escaleras, en las “bocas de alcantarillas” o como sea que les llamen los que saben, para enviarlas(los) a “centros de rehabilitación” o “casas refugio”, en tanto pasaba la tormenta anunciada a finales de febrero pasado y principios de marzo que termina.

 

Aprovechó…

Y muy oportuna y habilidosamente, la alerta de lluvias que podrían generar precipitaciones considerables y, por lo mismo, corrientes (arrastres, les llaman los expertos) enormes al anegarse el cauce encementado del Rio Tijuana desde La Presa hasta su desfogue en el lado norteamericano y su descarga en las playas sureñas de Imperial Beach, California, lo que podría poner en riesgo de los cientos o miles de ocupantes (indigentes y adictos en gran parte) de la zona que ya se consideraba, no precisamente “tierra de nadie”, si no “canal de nadie”.

 

Este operativo…

De “evacuación emergente” de los supuestos “migrantes”, descobijó vicios e intereses obscuros de actores políticos y funcionarios de otros niveles gubernamentales y defensores de las causas perdidas, a partir de que, para nada resultaron ser una realidad las cifras de “más de dos mil” personas que habitaban en ese lugar, en las alcantarillas o covachas cavadas en los montones de tierra formados por los propios arrastres de materiales residuales.

 

Y, de paso…

Trajo orden y relativa tranquilidad en las zonas colindantes con ambas márgenes del principal afluente natural, ahora ademado con gruesas losas de concreto como una de las magnas obras del presidente Luis Echeverría Álvarez y continuada por su sucesor en la Presidencia de la República, José López Portillo, en los sexenios del 1970 al 1982, cuando esta fronteriza ciudad cambió radicalmente su imagen urbana y dejó de ser un gigante muladar en el que había tiraderos de basura, establos de todo tipo, casas desvencijadas y la otrora famosa “Cartolandia”, entre el viejo “Puente México” y la cerca limítrofe fronteriza, que cada fin de semana era frecuentada por ciudadanos estadunidenses o “emigrados” que traían sus carros cargados con ropa usada, comida y comestibles de todo tipo.

 

Es cierto…

Este asunto es de jurisdicción federal, pero…

 

Por años…

El gobierno central pareció no interesarse por la creciente problemática que el XXI Ayuntamiento de Tijuana, encabezado por el Dr. Astiazarán, enfrentaba callado y paciente, confiando en que CONAGUA (Comisión Nacional del Agua), responsable del cuidado y mantenimiento del canal encementado en sus más de doce kilómetros, actuara con determinación y recursos para desazolvar el cauce del Rio Tijuana y disponer la vigilancia permanente para evitar que volvieran sus temporales ocupantes a sentar su imperio, a sabiendas de que entre ellos habitaban cientos de farmacodependientes que representaron un “mercado cautivo” para vendedores de todo tipo de drogas, delincuentes de toda clase que burlaban a la autoridad con solo correr y “meterse al canal” de la impunidad.

 

De pronto…

Todo eso se acabó y el paradigma cayó hecho trizas.

 

Ya quedó…

Injustificado e injustificable, todo “proyecto” político o material de quienes promovían su proyección como eficientes funcionarios reivindicadores de migrantes y la construcción de un “hotel para migrantes que habitan en el canal”.

 

Tampoco…

Habrá sustento para pedir dinero al gobierno federal para “sesudos estudios” colefianos.

 

Mucho menos…

Tendrá, el gobierno del panista Kiko Vega, chance de “pararse el cuello” con programas o planes de “apoyo a migrantes”, primero porque muchos de los evacuados hace rato que dejaron de ser “migrantes” repatriados y, segundo, el cabildo tijuanense ya plantea la posibilidad de crear un instituto municipal dedicado a resolver las necesidades de mexicanos repatriados por este puerto fronterizo.

 

Más aún…

El patrullaje que actualmente realiza la Policía Municipal sobre los bordos del canal del Rio Tijuana, sacrificando presencia policial en los alrededores,  la tendrán a su cargo elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Federal.

 

Otra vez…

Las y los tijuanenses aficionados a caminar o correr como parte de sus ejercicios cotidianos, por su salud física, podrán reanudar sus recorridos en sus rutas antes acostumbradas del Rio Tijuana, como fruto de la osadía del alcalde.

 

Y, ¿CONAGUA?…

¡Bien, muy bien…!

 

P. D.- Urge, de urgir, una política pública en materia de centros o casas de rehabilitación, debidamente reglamentadas, para que el esfuerzo de reinserción social de farmacodependientes en Tijuana, alcance mejores resultados y no tengamos que aplaudir la recuperación escuálida de cuatro o cinco personas adictas, cuando sabemos que son cientos o miles que diariamente caen en los vicios que enriquecen a las mafias.

 

 

:::::::::::::  31 de marzo de 2015 / [email protected]  ::::::::::::

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