- La primera mujer latinoamericana en escalar el Monte Everest y las cimas más altas del mundo, compartió su historia en Tijuana Innovadora 2014
TIJUANA B.C.-“Finalmente me doy cuenta que la vida también es una montaña que hay que escalar, y a veces es la más difícil”, refiere Elsa Medina, la primera latinoamericana en haber escalado el Everest, la cima más alta del mundo.
El quinto día de actividades de Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte” arrancó con la conferencia magistral “La vida es como la montaña”, enseñanza de tesón y constancia que la alpinista brindó al público tijuanense.
A los 15 años Elsa Ávila Bello empezó a sentir esa guerra de mariposas en el estómago propia de la emoción al escalar una montaña. Al mismo tiempo luchaba contra el escepticismo de los que no la creían capaz de lograr hazañas propias de hombres fuertes, mientras ya se entrenaba en montañas como el Pico de Orizaba.
Pero ella ya tenía fijo en la mente el sueño más alto, el Everest, 8, 848 metros, la altura a la que vuelan los aviones y desde donde se alcanza a ver la cobertura de la tierra. “Todo empieza como un sueño, pero no debe quedar como un ´sueño guajiro´”; dijo. Y tuvo que intentarlo una, dos, tres veces, hasta que lo logró.
El primer intento lo hizo junto a trece hombres, todos extranjeros y ella la única mujer. A cierta altura le empezó a faltar el oxígeno y estuvo a punto de sufrir un edema cerebral, “y arriba no hay rescatistas que te salven, debes ser autosuficiente”, narró. Y tuvo que regresar.
La segunda vez la proeza se transmitió en vivo por Radio Red en México, incluso el Presidente había preparado un mensaje; a más de 8 mil metros sólo le faltaban 98 para alcanzar la cima, pero su condición física otra vez estaba a punto de colapsarse, hubo llantos y gritos porque de nuevo tuvo que desistir.
A los tres meses regresó, y sufrió un congelamiento de las córneas. Y ya con dos hijos en su vida, hizo el último intento, aún con las opiniones en contra, “esa montaña del escepticismo, del ´no puedes´ y tuve que sacar de la mochila las envidias, los miedos, el ´no puedes´, y esa mochila pesa más que aquella donde cargas el equipo”.
Elsa Ávila platicó que casi por llegar le temblaban las piernas, un paso en falso y podía perder la vida, pensó en sus hijos en los últimos instantes, y lo logró, llegó a la cima del Everest, “¿y que seguía?… recoger las piedritas que le había prometido a mi hija”.
¿Y qué faltaba? bajar, que también es otra lucha. “Qué bueno que este evento se llama Tijuana Innovadora, porque a mí me gusta innovar en las montañas”, expresó.
Y después siguieron los montes de la Patagonia, el Ártico, Himalaya, donde también fue la primera mujer en hacerlo. Fue considerada la Mujer Deportista del Siglo XX por parte de la Comisión Nacional del Deporte y fue integrada al Salón de la Fama.
Y ella, que había logrado escalar el monte más alto del mundo, un día mientras corría sintió que se le paralizaba medio cuerpo, sufrió una embolia y tuvo tres infartos cerebrales: “Siempre hay crisis, pero las superan quienes esperan, quienes suben, quienes se preparan, quienes trabajan en equipo.
La vida entonces, resumió, es la montaña más difícil de escalar, “y es una que no elegí, y que te da sorpresas”. Por ello invitó a los tijuanenses “a ser la clase de alpinistas que nuestro país necesita: Los innovadores. Los que no se conforma con la ruta normal”.
Citas:
“Qué bueno que este evento se llama Tijuana Innovadora, porque a mí me gusta innovar en las montañas”.
“Los invito a ser la clase de alpinistas que nuestro país necesita: Los innovadores”.
Elsa Ávila Bello, primera alpinista latinoamericana en escalar el monte Everest.