- El experto en finanzas planteó la fuerza económica y cultural que representan los mexicoamericanos en Estados Unidos, pero desaprovechada por ambos países.
TIJUANA B.C.-El gobierno mexicano ve a los connacionales que han emigrado a Estados Unidos simplemente como una fuente de remesas, y no como una pérdida. Por ende, nunca ha hecho nada por recuperar a ese talento y poder económico.
Así lo planteó Luis Maizel, presidente de LM Advisors y egresado de Negocios en Harvard, quien presentó la conferencia magistral “Economía de los mexicoamericanos” en el marco de Tijuana Innovadora “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte”.
El economista empezó por reconocer precisamente al valor de todos esos mexicanos que con su talento y esfuerzo se fueron al vecino país “porque nadie se va por gusto, es un esfuerzo muy grande, se vaya con documentos o ilegalmente”.
Y expuso los datos duros. De acuerdo al último censo de 2010, de los 309 millones de habitantes que tiene Norteamérica, el 9.7 por ciento es hispano, sector que creció en un 61 por ciento. 57 por ciento de esa población es mexicana, lo que representan 35 millones de mexicoamericanos.
Ese el dato oficial, pero si se agrega a los indocumentados no contabilizados, se estaría hablando de 24 millones de personas de origen mexicano. Lo que representa el 15 por ciento de la población total.
Maizel explicó que el Producto Interno Bruto de Estados Unidos está basado en un 70 por ciento en el consumo, lo que significan 10 trillones de dólares, de los cuales, 1.5 trillones son nada más de los mexicanos. Para darse una idea, el PIB de México es de 1.7 trillones, y el de Brasil 2.2, de tal suerte que el PIB de los mexicanos en aquel país representa lo de todo una país latinoamericano.
“Y siguen viendo al mexicano como consumidor ´de segunda’”, se lamentó el experto. “No entienden su psicología, su poder, su decisión, sus valores, su religión, su cultura del consumo”, se lamentó Maizel. “Hoy la minoría es mayoría”.
Abundó que Estados Unidos, y en particular el Partido Republicano, no han entendido todo este fenómeno, “seguimos igual de mal, y la Reforma de Obama nomás es ´de dientes para afuera´”. Por ejemplo, en los últimos seis años se han dado el más alto número de deportaciones.
También precisó que el costo que los mexicanos indocumentados representan para el Estado es mínimo y por el temor de aquellos no suelen usar los servicios públicos y asistenciales, y además con sus impuestos y mano de obra “queda a mano”.
“¿Y qué hace México con todo ese talento que se va a Estados Unidos?”, se preguntó Maizel. Pues no lo está aprovechando, siendo que son mexicanos que se han vuelto más ordenados, con más acercamiento a la tecnología, que han aprendido mejores sistemas de construcción, con más respeto hacia las autoridades” entre tantas cosas que podría aportar para su país.
“El gobierno nada más los ve como fuente de remesas, una carga menos, que se queden allá”, expuso. “Es una pérdida que esa gente se quede ahí”.
Respecto a la franja fronteriza, Luis Maizel también se lamentó de la política del gobierno mexicano “que deja mucho que apreciar”, pues no tiene la visión que la región Tijuana-San Diego representan 7 millones de habitantes, con un poder de compra que representa el lugar 13 en la economía del mundo, además que según una encuesta con los sandieguinos, solamente el 9 por ciento refirió haber cruzado alguna vez a nuestra ciudad.
“Siguen viendo a Tijuana como una ciudad en la que se van a encontrar un burro tomando cerveza en la Revolución, o que les van a tirar cuatro tiros en la cabeza apenas cruzando, siendo que hay más delincuencia en National City, por ejemplo”, expuso.
Otro dato revelador y preocupante es que de los estudiantes que realizan post grado en Estados Unidos, el 13 por ciento son mexicoamericanos, “esa gente difícilmente va a volver a México. En cambio, y de cada 10 estudiantes en Estados Unidos son chinos, pero ellos sí regresan a su país”.
“Qué triste, porque esa cultura, esa ciencia, ese desarrollo, es necesario en México”, siguió lamentándose el laureado economista. También en lo político los número son desalentadores, pues refiere que de 100 senadores sólo son 3 ó 4 latinos, “como diciendo, ahí te dejo que entres un poquito pero no me sacudas demasiado”.
Para cambiar esa realidad habría que hacer cambios sustanciales en ambos países, en lo político, en lo económico, en lo cultural, en mirar más al sur y no doblegarse tanto al norte, concluyó: “Ese talento que voló al norte sería estupendo recuperarlo”.